El Ministerio de Igualdad y Equidad manifestó su firme rechazo frente al violento asesinato de Sara Mirelley, una mujer trans de 32 años, cuyo cuerpo fue encontrado con signos de extrema violencia en el municipio de Bello, Antioquia. A través de un comunicado, la entidad instó a que el caso sea abordado con enfoque de género, diversidad y derechos humanos, subrayando la gravedad del hecho y su impacto en la lucha por la equidad en Colombia.
Según el pronunciamiento oficial, “la brutalidad con la que fue atacada Sara Mirelley constituye una muestra dolorosa de las violencias estructurales que enfrentan las personas trans en el país, motivadas por prejuicios, intolerancia y odio”. El Ministerio calificó el crimen como una afrenta directa contra la dignidad humana y un retroceso en los avances hacia una sociedad más justa e inclusiva.
En respuesta a lo sucedido, el Viceministerio de las Diversidades ha solicitado de manera urgente la activación de la mesa interinstitucional para casos críticos, con el fin de hacer seguimiento riguroso a la investigación y asegurar la coordinación efectiva entre las entidades responsables. Además, hizo un llamado a la Alcaldía de Bello, la Policía de Antioquia y la Fiscalía General para que se esclarezcan los hechos y se identifique a los responsables.
El Ministerio resaltó tres puntos fundamentales que deben orientar el tratamiento de este caso:
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La necesidad de una investigación transparente y exhaustiva que conduzca a sanciones ejemplares.
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El reconocimiento de este crimen como un acto de odio motivado por identidad de género, constitutivo de transfobia y feminicidio.
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La implementación de acciones urgentes de protección para las personas trans y LGBTIQ+ en los territorios más vulnerables.
La entidad enfatizó que este hecho no puede considerarse aislado, sino como parte de una problemática más amplia de discriminación sistemática. En ese sentido, reiteró que la violencia contra las personas trans debe ser combatida con políticas públicas robustas, enfoques diferenciales y un compromiso decidido por parte de toda la sociedad.
Diversas figuras públicas se sumaron al rechazo. El presidente Gustavo Petro condenó el crimen y afirmó que “lo ocurrido en Bello refleja manifestaciones de fascismo aún presentes en Colombia”, aludiendo a la eliminación violenta de las diferencias como una práctica que debe ser erradicada sin ambigüedades.
También se unieron al clamor por justicia varios congresistas y líderes sociales. María Fernanda Carrascal, representante a la Cámara por el Pacto Histórico, convocó a una velatón en memoria de Sara Mirelley. El acto simbólico tendrá lugar el 9 de abril a las 6:00 p.m. en el Parque de los Hippies, en Bogotá, y busca visibilizar la violencia que enfrentan las personas trans y exigir garantías reales para sus derechos.
“La transfobia no es una opinión, es una ideología de odio que está costando vidas. No podemos seguir permitiendo que estos crímenes pasen desapercibidos o queden impunes”, expresó Carrascal, insistiendo en que la justicia debe actuar con contundencia.
A su vez, el congresista antioqueño Daniel Carvalho reclamó mayor celeridad en la atención del caso y pidió que se le otorgue la misma visibilidad que a otros hechos violentos de alto perfil. Destacó la urgencia de avanzar en mecanismos de reparación simbólica y material para las víctimas y sus comunidades.
Por último, la exalcaldesa de Bogotá Claudia López expresó su solidaridad con la familia de Sara y con la comunidad LGBTIQ+. En sus declaraciones, López recalcó que los crímenes motivados por prejuicio son una amenaza persistente y que se necesita una transformación cultural profunda para erradicar el odio hacia las diversidades de género.
La trágica muerte de Sara Mirelley ha encendido nuevamente las alarmas sobre la necesidad urgente de proteger a las personas trans en Colombia. Su caso se convierte en un símbolo del trabajo pendiente del Estado y la sociedad para construir un país en el que todas las identidades sean reconocidas y respetadas por igual.